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CINCO MINUTOS

CINCO MINUTOS

Si nuestra esperanza de vida es, en promedio, de 70 años, entonces viviremos  unos  36 millones 700 minutos, aproximadamente.

Dicho esto... ¿que importancia tienen en una vida 5 minutos? Mucha, sin duda. Todo depende de cómo lo miremos. Si solo lo miramos en función de la cantidad de minutos vividos pues no es nada, una mierda de tiempo.

¿Pero se han parado a pensar alguna vez lo importantes que pueden ser 5 minutos en la vida de una persona?

Cinco minutos tarde, pueden hacerte perder 20 esperando un autobús; pueden hacer que pierdas un avión y te arruines un encuentro o unas vacaciones; que no veas el principio de una peli o de una obra de teatro, que podían aportarte datos importantes para el desarrollo de las mismas y su desenlace; pueden ser la diferencia entre conocer a la persona de tu vida o no conocerla...

Pueden salvarte la vida si te has ido de algún sitio donde los locos siembren la muerte; o pueden hacértela perder si has llegado justo en esos minutos fatídicos, cuando debías haber estado allí 5 antes o 5 después.  Hay mucha gente que sabe de lo que estoy hablando, de eso que llamamos luego el “milagro de seguir vivo” cuando estuve ahí o en su defecto no, en el momento en que ocurrieron las cosas.

Te pueden hacer perder el tren que se accidenta o bien tomar el siguiente, al que no le pasa nada.

Siempre le pedimos a los demás que se paren 5 minutos a pensar antes de tomar una decisión. Esos cinco minutos que pueden hacerte caer en un error imposible de salvar, o los que te pueden hacer tomar la decisión acertada, a la que estarás toda la vida agradecido.

Si antes de decir ciertas cosas nos tomáramos 5 minutos para meditarlas, muchas relaciones se hubiesen podido salvar. Si antes de hacer determinadas cosas hiciésemos lo mismo, muchas lágrimas y muchos disgustos nos evitaríamos.

Cinco minutos te pueden dar el placer de una canción; el contacto con la otra persona al son de una música maravillosa; te aportan un montón de besos, de caricias, de abrazos; te pueden dar una cantidad incontable de sonrisas o de lágrimas; palabras de aliento; acercamientos o distanciamientos, temporales o definitivos.

Pueden ser la diferencia entre terminar la jornada  o la tarea con tranquilidad o cogerte la bronca del año contra el agente que te puso la multa por exceso de tiempo de estacionamiento.

Si cinco minutos pueden separar la vida de la muerte, el encuentro del desencuentro, el amor del odio, como no seremos capaces de tomarnos todos los días cinco minutos para decirle a nuestros seres queridos cuanto los queremos y cuanto los echamos de menos; de llamar a aquellas personas que siempre lo vamos dejando por una cosa o por otra; de meternos para dentro y pensar en nosotros mismos y descubrir aquellas cosas ocultas que todos siempre tenemos; de replantearnos algunas actitudes o algunos pensamientos; de abrazar y besar a nuestras parejas, familias o amigos; de ser solidarios; de pensar en lo afortunados que somos por el simple hecho de estar vivos, de ver, de tocar, de oler, de sonreír, de no estar solos.

Hagamos la prueba y seguro que a partir de ello, empezaremos a darle mas valor a ese tiempo corto, pequeño.... pero tan inmenso.

2 comentarios

kasi_siempre -

Es cierto, Marisa. Cinco minutos no es nada y, sobre todo, si se gastan en hacerle a alguien un poquito más feliz... bien vale la pena utilizar cinco, diez o los que hagan falta. Pero sí, ante una fatalidad, desde luego que pueden ser decisivos, ya lo creo.
Besitos, maja!!

pasajera en tránsito -

Pues si, estoy de acuerdo. Los grandes acontecimientos de la vida de una persona siempre se desencadenan en unos minutos tan sólo. Siempre recordaré una vez, ya hace tiempo, cuando tuve que decidir en unos pocos minutos algo que cambió mi vida para siempre. A ver si puedo volver a visitar los blogs más a menudo, que ultimamente estoy muy ocupadilla. Muchos besos.