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Espíritu Navideño

Espíritu Navideño

Nunca he tenido mucho espíritu navideño, esa es la verdad. Pero este año me siento un poco rara, como poseída.

No se si tendrá algo que ver que ya me he bebido aproximadamente la mitad del vino de la ribera del Duero, y una cuarta parte del cava catalán, o será que me he zampado alrededor de una tonelada de mazapanes y chocolates varios, pero el caso es que hasta me ha dado por cantar villancicos. Bueno, cantar, cantar, lo que se dice cantar.... jaja.... pues eso, ladrar villancicos. Eso sí, con el acompañamiento del perro, que si que entona fenomenal.

Ya he cumplido incluso con todas las formalidades navideñas: ya envié las tarjetas de felicitación; tuve un par de cenas;  escribí la carta a Papá Noel; hice setecientos brindis; he dado un par de abrazos falsos, con felicitación incluída; mandé las cestas de rigor; armé el arbolito y puse la rosca en la puerta, como corresponde, el 8 de diciembre.

Solo me faltó comprar el Papá Noel modelo Spiderman, pero eso tiene una explicación: no tengo balcón de donde colgarlo, y créanme que la ventana se ha negado, dice que con tener al neng de castefa pegado todo el año ya le vale, y pidió que no la condenemos a más. Porque yo no se que tal sonaría el que pasa nengggggggggggggg con acompañamiento de Jojojo...

Si hasta he superado el terror inicial al ataque "de los pinzudos". Les juro que al principio andaba por la calle con pánico, yo creía que iba a ser atacada ferozmente por centollos, bueyes de mar, bogavantes y langostas y que me crujirían con sus enormes pinzas. Es que el solo hecho de pensar que había que meterlos ¡vivos! en agua hirviendo y que ellos lo sabían, ya me metía en la cabeza un pánico tal, que no podía ni mirarlos en los escaparates. No vaya a ser que les diera por montar revolución y se la tomaran precisamente conmigo.

Entiéndanme: para mi la navidad solo consistía en comer un buen asado, tomar cerveza y champán, ensalada de frutas y meterme en el mar o en la piscina, depende con que parte de la familia me tocara ese año. La nieve, el frío, el marisco y el lechazo, eran cosas de otras latitudes, que solo se veían en las fotos y que formaban parte del imaginario colectivo, como Santa Claus y sus renos. A ningún Santa en sus cabales, se le ocurriría darse una vuelta por el hemisferio sur con esa ropa y ese trineo, a no ser que el trineo tuviera algún adminículo que se transformara en .....esquí acuático o ruedas de tractor.

Pero como aquí Santa viene como corresponde, yo este año le he pedido muchas cosas. Algunas pueden ser prescindibles, pero como se le ocurra pasar por casa y no dejarme las Vans, ese gordo viejo, melenudo, poco glamuroso en el vestir y menos aún en su medio de transporte, se va a enterar. Ya me ocupo yo de descornarle los renos !!!

Feliz Navidad ! y sean buenos, como corresponde ...

 

 

 

2 comentarios

kasi_siempre -

Ya te decía yo que la cosa no anda fina, ni me he dado cuenta de firmar la entrada anterior. Soy la Anita, claro.

Anónimo -

Aprovecho un receso entre pico febril y pico febril para comentarte.
Mi espíritu navideño se ha visto este año más diezmado de lo habitual -yo creo que de manera providencial- por un proceso infeccioso que me tiene postrada en cama con 40º de fiebre. A estas alturas casi ni sé lo que cenaré en Nochebuena, por no hablar ya de los regalos...
Realmente divertida tu forma de ver la Navidad. Ten cuidado con los "pinzudos" que andan al acecho. Mi hija también los anda esquivando por doquier, sencillamente le horripilan esos bichitos. Desde luego, yo tampoco puedo con lo de escaldarles vivos.
Felices Fiestas y que el año próximo os aporte lo mejor de lo mejor. Un beso.